Mirando en mis libros de cocina aragonesa me he topado con esta receta que me ha encantado porque sus ingredientes son de lo más habituales en todas nuestras cocinas y, si te paras bien a leerla puedes "ver" detrás de ella toda la sabiduría de nuestras abuelas.
Mi 2ª propuesta para el
Recetario mañoso. Esta vez he hecho una receta con el vino del somontano, que es el primero de los ingredientes de recuerdo que nos propusieron
Raquel y
Sefa.
Una vez superados los exámenes, recogidos los apuntes, los libros...¡Casi todo salvo las mates!.
Pero ese es otro cantar que atacaré con calma este verano (de hecho ya estoy en ello).
A mí me supo a gloria bendita esta receta.
Espero que os guste a vosotros también.
Ahora a ver si consigo volver a abrir los comentarios porque no hay manera de conseguirlo...
Ingredientes:
- 1/2 trucha.
- 1 cebolla.
- 2 ajos.
- 1 cucharada de harina.
- AOV.
- 1 vaso de caldo de pescado.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- Sal y pimienta.
Elaboración:
Salpimentar la trucha, partir por la mitad y reservar.
Trocear en brunois la cebolla y el ajo y poner a dorar.
Cuando la cebolla empieza a transparentarse añadir la harina y seguir sofriendo.
Una vez hecho el sofrito pondremos la trucha en una cazuela de barro y la rellenaremos con él. A continuación cubriremos con el sofrito la mitad de la trucha cubriéndola, a continuación, con la otra mitad.
Aunque se salga algo del sofrito no tiene importancia. Es más, casi es preferible que esto ocurra.
Añadiremos el caldo de pescado cubriendo el pescado y el vino blanco.
Meteremos al horno precalentado a 180º durante unos 20 minutos.
Pasado este tiempo quitaremos el caldo que ha cubierto nuestra trucha permitiendo que coja el sofrito vertido en él durante la cocción.
Pondremos a reducir este caldo durante 5 minutos para, después, pasarlo por la batidora.
Colocaremos la trucha en un plato y le añadiremos la salsa resultante de la reducción y decoraremos con perejil fresco.
Una propuesta bien sencilla pero de sabor exquisito.
Os animo a que las probéis.
Besicos.