Hoy os traigo otra receta hecha de tal manera que se reduce muchísimo la cantidad de grasas usadas.
De esas que muchos lunes nos enseña como las prepara David de Jorge y que yo hace 14 años que cocino aunque siempre parece que mis recetas no sean bajas en ellas pero lo cierto es que para mí siempre me las adapto aunque esa adaptación es sumamente sencilla.
El truquillo siempre está en usar muy poco aceite y si hay que humedecer más la fritura tan sólo cambio el aceite que se pone usualmente por un poco de agua o caldo. Quizás por ello os ha pasado desapercibido siempre y sobre todo porque, hasta ahora, no lo había dicho claramente.
Espero que os guste y que os animéis a hacerlo así, si no siempre, todas las veces que podáis.
Ingredientes:
- 1 taza tamaño café de arroz por comensal.
- 1/2 calabacín (con su piel).
- 1/2 cebolla.
- 1 paquete de fiambre de pavo (100 grs apróx.) (Opcional)
- 1 cucharada de AOVE por comensal.
- 75 ml. de vino (En mi caso tinto). (Opcional)
- 1 cucharada sopera de levadura de cerveza. (Opcional)
- 1/2 cucharada de parmesano (U otro queso rallado).
- 3 tazas de caldo de verduras. por taza de arroz más 2 tazas.
Elaboración:
Lo 1º de todo, claro es cortar la cebolla y el calabacín en tamaño bien pequeño.
A continuación los pondremos a dorar en el aceite (acordaros, 1 cucharada sopera por persona).
La cebolla y el calabacín, al añadirles sal, van soltando agua así que muy posiblemente no van a necesitar más humedad para dorarse.
De todas formas si veis que lo necesitan, en lugar de añadir más aceite lo que hay que hacer es poner un pelín de caldo de verduras.
Cuando han cambiado de color al tono transparente la cebolla y un poco dorado el calabacin le añadimos el fiambre de pavo (si es que hemos decidido ponerlo en nuestro risotto).
Le damos unas vueltas para integrar sabores e incorporamos el vino y dejamos que evapore.
Ahora es el momento de añadir el arroz y risolarlo dándole unas vueltas y dejando que se tueste un poco.
Si estáis preparando el risotto con tiempo ya podéis apagar el fuego para acabarlo tan sólo media hora antes de llevarlo a la mesa.
Si estamos haciéndolo cerca de la hora de la comida lo que vamos a hacer el calentar el caldo de verduras hasta el punto de hervor y se lo incorporamos a nuestro arroz.
Lo dejamos a fuego medio- bajo 15- 17 minutos y en ese momento le añadimos la levadura de cerveza y el queso rallado (No veáis que bueno está con queso de Tronchón).
Dejamos que acabe su tiempo reglamentario de cocción y lo llevamos a la mesa para disfrutar
Y ahora respondo lo que no habéis preguntado...
¿Que porque más caldo de verduras de lo normal?. Pues porque el risotto es un arroz más caldoso que una paella, por ejemplo.
¿Que porqué poner levadura de cerveza?. Pues porque nos aporta muchas proteínas que nuestro organismo necesita y así eludimos un poco más la dichosa anemia que nos suele afectar a todos los bariátricos y además tiene un sabor a queso muy bueno que evitará que haya que ponerse más cantidad de este y así también evitamos su grasa y meter demasiadas calorías.
Luego tan sólo hay que hacer una presentación chula que nos entre por los ojos y... MMMMMMM.
Besicos.